Efectividad de los entrenamientos para evitar caídas en EM

Cuando hablamos de mejora del equilibrio en pacientes de EM, así como en otras patologías, lo más común es que la intención de esa mejora sea evitar las caídas ocasionadas por esa falta de estabilidad, y por consiguiente, las posibles heridas y fracturas producidas por esas caídas.

Recientemente Gunn y col. (2015) publicaron una revisión de las diferentes intervenciones publicadas hasta el momento para evitar caídas y mejorar el equilibrio en pacientes con EM. Según dicha revisión, parece evidente que determinadas intervenciones a través del ejercicio mejoran los valores de equilibrio/estabilidad en sujetos con EM. Además, según los datos de esta revisión, son las intervenciones que incorporan en sus programas ejercicios en los que el paciente entrena su paso mientras camina, el equilibrio estático y el entrenamiento funcional muestran los mejores resultados frente a otro tipo de programas que se centran sólo en uno de los parámetros anteriores.

No obstante, y cómo suele pasar en los estudios que implican trabajar con personas que padecen diferentes patologías, el número de sujetos que envuelve a cada estudio es pequeño, y por tanto los efectos de las intervenciones pueden no ser suficientes para mostrar el verdadero efecto de las mismas. Además, no queda claro si las mejoras conseguidas son clínicamente relevantes, es decir, si van a afectar realmente al día a día de los sujetos, y esto es debido entre otras cosas a que es muy difícil recoger cuantitativa y cualitativamente las caídas que sufren los pacientes en un determinado rango de tiempo.

Lo que sí queda claro es que los programas de ejercicios que incluyen más trabajo de equilibrio, y con tareas cada vez más complicadas, ofrecen los mejores resultados, frente a otros que sólo intentan mejorar cualidades como la resistencia o la fuerza del tren inferior, de lo que se deduce que, si queremos mejorar el equilibrio debemos trabajar principalmente eso, tareas funcionales que pongan al paciente en situación de falta de estabilidad, que reten su equilibrio para poder así entrenar situaciones cotidianas del día a día, aunque mi opinión es que junto a éstas, un aumento de la fuerza muscular tanto del tren inferior como de la musculatura del tronco ayudará aún más a conseguir nuestro objetivo: ser más estable y por tanto, evitar caernos.

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